A mi estómago, 12:20 am
Tengo un dolor en el estómago que me perfora como si se tratara de chuchillos mutilándome la espalda. Permanezco detenida.
Un gusano dentro del cuerpo carcome cada intestino, cada camino que da al centro de un abismo, abriéndose paso rápido: lame satisfecho la carne viva.
El dolor me empieza a nublar la vista. La náusea se ha gestado en toda la boca y la saliva sabe a la vejez medicada.
No estoy hecha de penumbras porque entonces no me retorcería con los dientes apretados y en posición fetal viendo fijamente como muere la sonrisa borrosa de un fantasma sin ojos.
Expiro.
Ignoro si entonces realmente padecías dolor, o creaste usándolo como motor creativo, y era ficción. Asumiento el primer caso, hasta para quejarte eres poética.
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