Junto posibilidades.
Las guardo.
Les coso ojos.
Las dejo también a la intemperie
para que se sequen y se inflen
con la lluvia.
Después las destrozo en el aire,
abro la boca y me las trago.
Ya no hay nadie que exista
si no se hiere, sino se
abre para estar expuesto
a los ojos del álamo,
al murmullo.
ME ENCANTA LO QUE ESCRIBES Y TUS POEMAS.
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