29 diciembre 2015

Contracción involuntaria de los músculos



Entonces el sueño: la imagen fija de una tráquea que se obstruye. El miedo. 

Por las mañanas fue el sabor de la asfixia. Y el precipicio, porque siempre el precipicio produce náuseas y el sabor a hierro en la boca. 

Durante setecientos treinta días —o más, tuvo que ser más— desperté con la opresión en los pulmones, esa fractura, el desgarramiento por el acto de inhalar. 

Pero la sangre llega a la quietud, así como todo aquello que se rompe en la orilla.

Ahora sólo queda el espasmo. Porque el espasmo, siempre el espasmo, recuerda desde la precisión de un cuerpo yaciendo en multitud. 


13 septiembre 2015

La encía es una estructura pendiendo de una garganta


Elena Helfrecht



Sueño que se caen. Uno a uno. Sueño que se parten. La mandíbula tiembla y el cosquilleo como repiquete de campanas estrellándose en la sensibilidad del tacto. El dedo índice golpea dos veces y después espera, golpea dos veces y después espera. Tintintintin. 


*


Los oigo chocando cada vez más fuerte entre sí como si la boca fuera un túmulo de rocas cerca del mar, un sonido topando contra un hueco.


*

Tintintintin. Una canción como péndulo en mi garganta, como péndulo en el oído. 


*

Ahora soy más consciente del acto de apretar los dientes, a veces puedo controlar los movimientos bruscos y que en vez de la encía, la lengua sangre. Ahora aprieto muy fuerte porque aprieto la férula imaginando que los dientes por fin se harán migas. El acto de apretar. Este miedo haciendo fisuras pequeñas. La encía es una estructura pendiendo de una grieta.

16 junio 2015

Mental History





Leerse en otro idioma. Con otra lengua. 

(San Diego Poetry Annual 2015. Skin Border, 
Garden Oak Press)

31 mayo 2015

Le escribo a mis amigos como agradecimiento

 


A Luna, Vicente, María y Óscar.
Entre Madrid y Barcelona, 2015.



le escribo a la mujer que lleva en su brazo una sirena

le escribo a la mujer que agradece con los ojos y con sus manos y con su acento distinto 
no sé si me lo he inventado 
pero le digo que 
ya empiezo a oler el cambio del huso horario
ya empiezo a saborear en la boca que la carne huele a lo que se prolonga 
y que los cuerpos acceden al llanto por culpa del anhelo 
le digo que quizás me lo he inventado pero empiezo a extrañar 
su roce suavísimo 
le escribo a la mujer que posee un corazón que los perros aman incondicionalmente 
que el corazón se ha hinchado de agradecimiento 
y deja los residuos en toda la franja azul que veo desde una ventana pequeña 
mientras nos acercamos al golfo
escribo a la mujer que cree poseer 
en su cuerpo la muerte sin saber que en realidad tiene un campo de orquídeas violetas que esperan 
cultivar otros estómagos llenos de hierba

le escribo al hombre altísimo que ama a otro hombre y que nos da amor en la mejilla 
y en su abrazo y nos exige que seamos felices
que allá desde su lado del mundo
nos hermanamos para toda la vida

le escribo a ese otro hombre de afecto silencioso 
que se despide desde el lado de la puerta que divide la entrada a la estación del metro 
y que en vez de permitirnos darle un abrazo nos habla a través del lenguaje de sordos 
y nos hace señas de amor y agradecimiento con las manos 
quiero decirle perdón por hacerte dormir en tu sofá 
quiero decirle jamás me habían arropado con una manta mientas dormía
quiero confirmarle nos quedaremos siempre en tu casa pequeñita como el cuadro de la virgen con un sicario que cuelga en tu pared 

escribo a esa mujer diminuta de ojos diminutos manos diminutas  
piel transparente que llorar bajito y nos insiste que nos quedemos 
y dice gracias por los mejores días de mi vida
y llora y sus diminutos ojos se vuelven cauce anhelando como jamás había anhelado

quiero amarlos a todos 
quiero decirles gracias gracias
aquí dejo mi corazón para que jamás 
vuelvan a estar solos.



Madrid, 2015