Laura San Román |
Ahora veo cómo las paredes internas se derrumban, cómo el rostro se desfigura por el cansancio de insistir, de sobrellevar. Veo el exterior y nada me sostiene. Veo la tristeza, ya no el miedo, ya no la anterioridad, colgando nerviosa. Veo que sólo soy un puñado de algo que no significa, que no le importa el futuro pero piensa en él.
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