A Sylvia Plath
Cuando naciste se les olvidó cortarte
completamente
el cordón umbilical que te unió
a
un dolor que conociste el día que murió tu padre
¿cómo
no sentirte sola si se fue el hombre
de
zapatos oscuros, al que maldijiste
siendo
adulta por llevar su sangre,
por
quien buscarías a alguien parecido
que te iba a partir en dos
el corazón y
tuviste que matarte
y que matarlo para
volver a encontrarlo?
Pero me sacaron de la tumba,
y me recompusieron con pegamento.
Y entonces supe lo que había qué
hacer
Saqué de ti un modelo,
Un hombre negro con aire de
Meinkampf
tres
o siete oportunidades
para
perder la voluntad
la
última fue un grito pero nadie
se
asomó a tu puerta
y
tuviste que matarte para que la mujer
de
la caverna sonriera
y
tuviste que matarte para descubrirte
estando
completa
nadie
quiso escarbar entre tus escombros
nadie
te cosió la herida vertical
por
la que siempre llorabas
nadie te miró a los ojos porque tuvieron
miedo
de verte el miedo que te tenías
a
ti misma
tu
abandono y miedo lo tatué en mi
piel
para que nunca más te sientas sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario